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Sobrevivir a un infarto implica hacer algunos cambios en el
estilo de vida y la dieta. La mayoría de las personas, tras sufrir un evento de
este tipo retoman su vida y sus trabajos sin que su productividad se vea
afectada. Todo depende de qué tan grande fue el evento.
Infarto es cuando una parte del tejido del órgano cardíaco
muere por falta de irrigación de sangre. Si el área afectada fue grande, las
secuelas serán más complejas. También afecta el grado de enfermedad coronaria
que se posea y el estado de las arterias.
Las primeras semanas
Tras el infarto el médico evaluará cuál será el tratamiento
a elegir, generalmente se indica medicación, dieta y en algunos casos
procedimientos quirúrgicos.
Luego del ataque cardíaco una de las recomendaciones
principales es obtener un buen descanso, los pacientes cardíacos deben
descansar antes de sentirse demasiado cansados, para esto es ideal tomar
siestas si se siente falto de energía. Aunque el descanso es importante, los
profesionales recomiendan regresar a la vida social en cuanto se esté
recuperado. Es importante para que el paciente pueda distraerse de lo que ha
pasado y esto ayuda en su recuperación. En muchos sobrevivientes de un infarto
suelen surgir síntomas de depresión en los meses siguientes al ataque. Las
emociones juegan un rol importante en la recuperación y en muchos casos también
hay sentimientos de enojo y miedo a morir o a que se vuelva a repetir un
infarto. Es importante que el entorno del paciente esté atento a que estos
sentimientos no empiecen a interferir con la recuperación, afectando por ejemplo
al sueño y al apetito, entre otros.
A pesar de que parezca extraño, puede ser que su cardiólogo
le pida que incremente la actividad física que realiza a diario, en comparación
a lo que hacía antes del infarto, pero todo dependerá del paciente y de su
estado de salud.
En el lapso de unos 15 días, tras el infarto, el paciente
puede retomar las actividades laborales, si el evento no afecto una zona muy
amplia del órgano o si el trabajo del paciente no requiere esfuerzos físicos. A
veces, la licencia puede extenderse hasta tres meses.
Medicaciones
Después de un infarto es importante mantener un control a los 15 días y luego a los 30 días del mismo, y a los tres meses. Dado que el médico requerirá constantemente un ajuste de medicación, adaptando la misma a la clase funcional con la que el paciente es dado de alta. Si se instauró un tratamiento endovascular o por cirugía cardíaca, o no se trató invasivamente el infarto; las medicaciones recomendadas son las siguientes:
- Antiagregantes plaquetarios: evitan que la agregación plaquetaria terminen de obstruir o infartar la arteria, al actuar sobre la plaqueta e inhibirla. Es indispensable mantener el uso de estas medicaciones después de colocar un stent. Su uso continuo condiciona la permeabilidad del stent y evita que este tenga estenosis.
- Betabloqueantes: ya sean cardioselectivos o no, los betabloqueantes tienen un efecto inotrópico negativo y disminuye el consumo de oxígeno por las células miocárdicas enfermas. Disminuye la mortalidad después del infarto y las internaciones por insuficiencia cardíaca y la muerte súbita. Por esto, el médico deba titular su dosis de acuerdo a la tolerancia del paciente y requiera varias consultas con el mismo.
- Varios: el uso de diuréticos, antihipertensivos y vasodilatadores será usado en cada caso particular, de acuerdo a las necesidades del paciente.
Cambio de vida
Un cambio de vida es importante y necesario, ya que una vez
que se tuvo un infarto se es más propenso a sufrir uno nuevo y el cuerpo ya ha
dado la alerta de que algo se estaba haciendo mal.
Los principales puntos son: eliminar el tabaco de su vida,
hacer actividad física regular (ayudará a bajar el estrés, mejorar el estado de
ánimo, bajar de peso, los niveles de colesterol y la presión arterial) y tener
una dieta saludable (con todos los nutrientes necesarios, baja en grasas y en
sodio).
Es importante mantener bajos niveles de colesterol en la
sangre y sobre todo la presión arterial controlada, ya que la hipertensión eleva
el riesgo de infarto o acv.
El estrés es otro factor que afecta a los pacientes
cardíacos. Está probada la relación entre riesgo de enfermedad coronaria y
estrés. El estrés lleva a las personas a sobre actuar, a buscar calmar la
ansiedad con cigarrillo o alcohol, y eleva la presión arterial.
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