domingo, 9 de abril de 2017

¿Qué es un cardiodesfibrilador implantable?









La imagen en las películas donde hay escenas de resucitación está bastante extendida en el recuerdo de la gente. El electro del paciente enciende la alarma y comienza a hacer rayas irregulares, los médicos corren, toman las paletas, despejan la zona y descargan un shock eléctrico sobre el paciente. En la mayoría de las historias de ficción, el paciente recupera sus latidos normales y todos festejan.

Tener un cardiodesfibrilador implantable (CDI) es tener un dispositivo que puede reaccionar inmediatamente y dar la descarga eléctrica para desfibrilar el corazón, eliminar la arritmia y hacer que que el órgano recupere el ritmo sinusal.

El CDI detecta cualquier latido cardíaco rápido y potencialmente mortal. Para esto está compuesto de tres partes. Por un lado el generador de pulso, compuesto por una batería y circuitos que leen la actividad eléctrica del corazón. Por otro lado, los electrodos (cables) pasan a través de las venas y que conectan el dispositivo con el corazón. Pueden ser entre uno y tres. La tercera parte que compone este dispositivo es un marcapasos incorporado por si el órgano necesita electroestimulación después de latir demasiado lento, demasiado rápido o luego de una descarga de CDI.

El procedimiento para implantar un CDI es muy similar al de un marcapasos y el tamaño es sólamente un poco más grande que el marcapasos. El sitio de colocación también es en el hombro izquierdo, por debajo de la clavícula.



¿Quiénes usan un cardiodesfibrilador?

Una de mis pacientes le gustaba decir cada vez que venía a los controles que llegaba a chequear “el angelito de la guarda que le había colocado”. El CDI está indicado para pacientes que tienen alto riesgo de muerte súbita debido a arritmias mortales como taquicardia ventricular o fibrilación ventricular.

Los candidatos a un implante de CDI son pacientes que hayan tenido episodios de estas arritmias, o que su corazón esté débil o sea demasiado grande como para poder bombear correctamente para que la sangre pueda llegar a otros órganos, o que sufra alguna enfermedad cardíaca congénita.




¿Qué criterios se utilizan para diagnosticar la necesidad del implante del CDI?

Los criterios son prácticamente los mismos que para un resincronizador cardíaco, pero sin la rama izquierda. Es decir, tener disfunción ventricular severa, 40 por ciento los pacientes que son isquémicos y menos del 35 por ciento los que son idiopáticos. Otro criterio es que tras la realización de un el holter se haya encontrado arritmias ventriculares, que hayan sufrido desmayos o que hayan tenido una muerte súbita resucitada.



¿Qué hacer si el cardiodesfibrilador hace una descarga?

Siempre que haya habido un episodio de descarga, debes recurrir a tu cardiólogo para que interrogue al dispositivo y vea los registros de lo que sucedió en el momento que el CDI se puso en funcionamiento. El profesional podrá evaluar si se debió a una arritmia que afectó el correcto bombeo del corazón y por eso se activó. Puede pasar que el CDI realice descargas que el paciente no necesita. En este caso, puede ser que el dispositivo necesite ser reprogramado y en algunos casos, cambiado, si es que no está funcionando correctamente.




¿Cómo es el post operatorio?

Al igual que el implante de marcapasos y resincronizadores, tras la cirugía el paciente sale al día siguiente del hospital. Luego, el paciente tendrá que hacer quince días de reposo, cuidando los movimientos que hace con el brazo del lado que se implantó el CDI y con levantar peso. A los 15 días se realiza el primer control con el médico, luego al mes y después a los tres y seis meses. A menos que suceda algún episodio que amerite recurrir al cardiólogo.

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