Hemos tratado antes el tema de la
fibrilación auricular, pero hoy vamos a centrarnos en dos tipos de esta
arritmia: paroxística ideopática y fibrilación auricular secundaria.
En el primer caso, cuando hablamos de
paroxística significa que las crisis no son constantes sino que aparecen y
desaparecen, y tienen una duración variable (a veces duran días otras solo unos
minutos). Muchas veces, este tipo de fibrilación auricular con el tiempo se
convierte en permanente. Y al referirnos a ideopática quiere decir que su
origen es desconocido. Aunque la
aparición de los episodios arrítmicos no sea constante, hay beneficios
comprobados en mantener el ritmo sinusal (normal) en estos pacientes. Entre
ellos podemos encontrar:
+Alivio de los síntomas
+Mejoría hemodinámica
+Evitar la taquicardiomiopatía
+La reducción del remodelado eléctrico/mecánico del corazón
+La reducción de los eventos embólicos, de la mortalidad e internaciones.
Tratar a los pacientes con fibrilación
auricular paroxística trae algunos riesgos como los efectos colaterales de los
fármacos y los riesgos propios de los procedimientos intervencionitas.
El segundo tipo es la fibrilación
auricular secundaria (persistente o permanente). Esta suele ser consecuencia de remodelado
estructural del corazón producto de una patología preexistente (como puede ser
cicatrices del tejido cardíaco luego de un infarto, miocarditis o insuficiencia
cardíaca). Esta puede tener distintas
causas:
+Causa cardiovascular aguda: cirugía
cardíaca, infarto agudo de miocardio o miocarditis.
+Causa
cardiovascular crónica: hipertensión, enfermedad coronaria,
insuficiencia cardíaca, patología valvular.
+Causa no cardiovascular:
hipertiroidismo, EPOC, obesidad, diabetes.
Tanto para la fibrilación auricular
paroxística ideopática como para la fibrilación auricular secundaria el
tratamiento puede ser a través de antiarrítmicos o de un procedimiento
mínimamente invasivo llamado ablación.
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