La manera de dormir puede estar dando señales sobre la salud
cardíaca y hay que prestarle atención. La apnea obstructiva del sueño es lo que
sucede cuando la respiración se detiene por unos momentos mientras la persona
está dormida. Estas pausas o
respiraciones superficiales suceden porque las vías respiratorias están
bloqueadas de manera parcial o se estrecharon. El aire pasa por la parte
estrecha u obstruida genera ronquidos.
La respiración puede
detenerse solo por unos segundos o llegar a durar minutos. La frecuencia con la
que esto sucede puede ser más de 30 veces por hora. Muchas veces la respiración
se restaura tras un ronquido fuerte o un sonido como que la persona se
estuviera ahogando.
Esta situación que sucede mientras la persona duerme afecta
la calidad del sueño y el descanso.
Generalmente la persona que sufre la apnea del sueño no es consciente de
lo que le sucede mientras duerme y es un familiar quien puede detectarlo.
El cansancio y la calidad de sueño no es la única
consecuencia de la apnea del sueño,
también produce cambios en los órganos predisponen a la aparición de
problemas cardiológicos como aumentar la presión arterial, el riesgo de sufrir
un infarto, un accidente cerebrovascular, insuficiencia cardíaca. También
aumentan las probabilidades de arritmias y de sufrir diabetes y obesidad.
¿Por qué sucede?
Durante el día, cuando la persona está consciente, los
músculos de la garganta y las vías respiratorias están abiertas pero al dormir,
esos músculos se relajan y la garganta se estrecha (la lengua y las amígdalas
son más grandes que la abertura de la tráquea). En las personas sin
inconvenientes esto no es un problema para que el flujo de aire que llega a los
pulmones sea el necesario. Pero si hay
estrechamiento y obstrucción se produce la apnea. Por lo tanto, no llega el
suficiente aire a los pulmones y se reduce el oxígeno en sangre, lo que
eventualmente afecta al resto de los órganos del cuerpo. Cuando baja el oxígeno
el cerebro reacciona e interrumpe el sueño, se tensan los músculos de las vías
respiratorias y se abre la tráquea, y así se regresa a la respiración con un
ronquido.
La falta de calidad en el sueño aumenta la hormona de estrés
y esto afecta la salud cardíaca.
¿Cómo detectarla?
Uno de los principales signos de esta patología son los
ronquidos fuertes y también la somnolencia y cansancio diurnos. Otros síntomas
pueden ser trastornos respiratorios, hipertensión arterial, angina de
pecho, ataque cardíaco, ACV o arritmias.
Inclusive puede manifestar dificultad de atención y concentración, depresión y
falta de libido.
La manera de diagnosticar la apnea es con un estudio que se
realiza durante toda una noche y se monitorea al paciente con detectores de las variaciones de
respiración. El nombre del estudio es polisomnografía.
Puede realizar aquí
un cuestionario que lo ayudará a detectar si usted sufre la apnea
¿Quiénes tienen más riesgo de padecer apnea del sueño?
Ciertos factores como la obesidad o sobrepeso (el interior
de la tráquea se estrecha por el tejido graso adicional en las paredes),
consumo de alcohol o psicofármacos, tabaquismo, tener una lengua grande o
amígdalas prominentes (en los niños) predisponen a sufrir apnea del sueño.
Los hombres son más propensos a sufrir esta enfermedad. No
hay una edad particular, puede aparecer en cualquier etapa pero las
posibilidades aumentan con la vejez porque se limita la capacidad de las
señales del cerebro para mantener los músculos de la garganta rígidos en el
sueño. Los antecedentes familiares también son un factor de riesgo. Otro grupo más propenso a sufrir la apnea son
aquellas personas que tengan reducido el tamaño de las vías respiratorias en la
nariz, garganta o boca. Esto a veces es consecuencia de alergias o problemas
que causen congestión.
¿Cómo se trata?
El estilo de vida tiene un rol importante en el tratamiento
ya que hay que eliminar los hábitos que ponen a la persona en el grupo de
factores de riesgo, como por ejemplo fumar o tomar alcohol, mala alimentación
que lleva al sobrepeso, entre otros.
La posición al dormir puede ser de ayuda para mejorar este
problema, es preferible hacerlo de costado para despejar la garganta.
Sin embargo, existen unos dispositivos que ayudan a mejorar
el flujo de aire. Se llaman CPAP y son una máscara que se conecta a un aparato
que impulsa aire a mayor presión que el ambiente. La máscara puede cubrir solo la nariz o boca y
nariz. Un técnico instala el equipo en
su casa y lo ajusta a los requerimientos médicos.
En algunos casos, se indica cirugía para mejorar el flujo de
aire.
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