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domingo, 18 de junio de 2017

¿Cuándo recurrir a la ablación de arritmias cardíacas?



En diferentes post anteriores hemos hablado de la ablación de arritmias cardíacas y de sus principales características. Hemos dicho también que son la solución definitiva para las arritmias del corazón al eliminar el tejido que late a destiempo en el corazón.  Pero hoy hablaremos del tratamiento de la ablación y de fármacos y las diferencias entre ellos.
Las dos maneras de tratar las arritmias son con medicación y con ablación. No todas las arritmias son candidatas a la ablación. Depende del tipo de arritmia, de su frecuencia y de si es posible reproducirla en el laboratorio de electrofisiología. La ablación es un procedimiento mínimamente invasivo por el cual se busca eliminar los grupos de células cardíacas que laten fuera de ritmo. Se lo hace a través de un catéter que va a través de la vena hasta el corazón y quema las células a través de temperaturas extremas: calor (radiofrecuencia) o frío (crioablación).
Así como hay arritmias que no cumplen con los requisitos para hacer una ablación, hay otras que no responden ni a los medicamentos ni a los cambios de vida, y la única opción para tratarlas es la ablación. En otros casos, el paciente puede tener problemas con la medicación como no tolerar los fármacos o no querer ingerirlos. Las arritmias en las que más se utiliza este procedimiento mínimamente invasivo son en la fibrilación auricular, en la taquicardia supra ventricular y en algunos casos de taquicardia ventricular.  Pero también se ablaciona la taquicardia por reentrada nodal aurículo ventricular, el Wolff-Parkinson- White, extrasístoles ventriculares y el aleteo auricular.

Cuando se decide optar por los medicamentos antiarrítmicos, dependerá del tipo de arritmia la droga que se utilizará y los complementarios. En el caso de la fibrilación auricular los más comunes son la amiodarona y la propafenona. La primera puede producir hasta un 27 por ciento de efectos adversos  (entre los que se encuentra la fibrosis pulmonar, problemas en la tiróides, está contraindicada para pacientes hepáticos). La segunda tiene la limitante de que solo se utiliza cuando no hay cardiopatía asociada, fibrosis pulmonar o EPOC.
El artículo Radiofrequency Ablation vs Antiarrhythmic Drugs as First-Line Treatment of Paroxysmal Atrial Fibrillation (RAAFT-2) A Randomized Trial publicado en JAMA en 2014 habla sobre cuándo utilizar la ablación por radiofrecuencia como tratamiento y cuándo los antiarrítmicos. La fibrilación auricular fue la arritmia que se analizó en este estudio porque es la más prevalente en la práctica clínica. El ensayo randomizado incluyó 127 pacientes con fibrilación auricular paroxística y sin previo tratamiento de fármaco antiarrítmico. Se hizo entre 2006 y 2012. En 61 pacientes se utilizó medicamentos y en 66 se realizó la ablación, a los dos grupos se los siguió por 24 meses.  La conclusión de los investigadores fue que “entre los pacientes con FA paroxística sin tratamiento antiarrítmico previo, la ablación con radiofrecuencia comparada con fármacos antiarrítmicos resultó en una menor tasa de recurrencia de arritmias auriculares a los dos años de seguimiento. No obstante, la recurrencia fue frecuente en ambos grupos”.


viernes, 14 de abril de 2017

¿Qué es el prolapso de válvula mitral?





El prolapso de válvula  mitral es una patología que suele presentarse sin síntomas, por lo que muchos desconocen que la padecen, y en algunos casos es inofensiva.
Pero para explicar de que se trata primero hay que contarles qué es la válvula mitral. Ésta cumple la función de separar las válvula superior e inferior del lado izquierdo del corazón, y hace que la sangre fluya en una sola dirección. La válvula se cierra al contraerse el corazón e impide que la sangre regrese.
Cuando hablamos del prolapso de válvula mitral nos referimos a que la válvula no cierra adecuadamente. Esto se da por un agrandamiento de las láminas que componen la válvula mitral o por exceso del tejido conectivo. En la mayoría de los casos es inofensivo, pero hay algunos casos en los que se produce la regurgitación mitral, es decir, que la sangre se devuelva.
Cuando la válvula se cierra defectuosamente puede percibirse con el estetoscopio un sonido llamado “click”.

Las causas y síntomas
Puede deberse a diversas causas pero la más importante es el factor hereditario.  Afecta más a las mujeres, se puede detectar a temprana edad. La mayoría de las veces no hay síntomas, pero en los casos en los que sí se dan señales, algunas de ellas son: palpitaciones, dolor de pecho,  malestar general, cansancio, vértigo y ansiedad.
En los casos en los que hay regurgitación o insuficiencia mitral, los pacientes manifiestan: falta de aire, arritmias cardíacas y acumulación de líquido.
Las arritmias asociadas son muy comunes y son las siguientes: extrasístoles ventriculares y auriculares  y fibrilación auricular.


¿Cómo detectar el prolapso?
Luego de que un examen del cardiólogo con el estetoscopio perciba el sonido característico, el profesional puede enviar otros estudios para corroborar el diagnóstico. Entre ellos está el ecocardiograma, la resonancia magnética cardíaca y la tomografía computada del corazón.

Tratamientos
Si el paciente no presenta molestias ni síntomas, no se indica tratamiento. Pero hay casos en los que se pueda requerir el reemplazo o reparación de la válvula a través de cirugía cardíaca.






lunes, 13 de abril de 2015

Un latido de más


Las extrasístoles ventriculares se definen como un latido extra, son arritmias que se dan frecuentemente en personas jóvenes y personas con enfermedad arterial coronaria. Pueden curarse definitivamente.



Se hace de noche, la hora de descansar, los ruidos de la casa son mínimos y es más fácil registrar lo que sucede a nuestro alrededor y en nuestro interior. Un latido extra, una pausa.
Así es como los pacientes describen lo que le producen las extrasístoles ventriculares. Es una arritmia que consiste en un latido de más del corazón de corta duración y suele presentarse en gente joven y en pacientes con enfermedad arterial coronaria o cardiopatía isquépica. “Los pacientes sienten palpitaciones que vienen y se van.  Suelen comentar que cuando se acuestan sienten un latido de más y una pausa. Tras esa pausa sienten que el corazón se paraliza. Eso asusta y agobia”, comenta el electrofisiólogo Luis Gómez Macías.
electrocardiograma PRE ABLACIÓN
De los 100 mil latidos por día, cuando hay más de cinco mil extrasístoles se considera que el paciente debe recibir tratamiento. Aunque el número sea menor, si el paciente siente todos los latidos extras también se aplica el tratamiento porque esto repercute en su calidad de vida.
electrocardiograma POST ABLACIÓN
Las extrasístoles suelen estar acompañadas de enfermedad arterial coronaria o cardiopatía isquémica, muchas veces se producen porque la enfermedad en las arterias está progresando y el latido es lo que genera la isquemia miocárdica.
Pero otras veces, esta arritmia se presenta en un corazón estructuralmente sano. En estos casos, suele aparecer en jóvenes. “Son focos que se activan en ciertos lugares del corazón porque el calcio de esas células genera una actividad de marcapaso. Entonces,  la extrasístole se activa independiente de los latidos del corazón”, explica Gómez Macías.
También hay extrasístoles ventriculares que están asociadas a cardiopatías congénitas como la displasia arritmogénica del ventrículo derecho y el miocardio no compacto.

¿Cómo afecta el deporte? 

Cuando las extrasístoles desaparecen con el ejercicio tienen la característica de ser benignas. Pero esto no quiere decir que no generen efectos contraproducentes en la vida de la persona. “El paciente no está siempre haciendo ejercicio. Normalmente está en reposo donde maneja una frecuencia de entre 60 a 80 latidos por minutos. En este momento la arritmia va a generar mayores síntomas”, asegura el especialista.
El ejercicio puede hacerlas disminuir porque activa las corrientes normales del cuerpo, no los grupos de células que actúan como marcapasos. “Cuando se exacerban con el ejercicio o se intensifican entonces hay que parar el ejercicio. Hay que definir cuál es su causa y dar tratamiento”, advierte Gómez Macías y también dice que las extrasístoles pueden conllevar a arritmias potencialmente mortales, como la cardiopatía congénita como un síndrome de QT largo puede llevar a una torzada de punta y eso es lo que mata a estos pacientes.

¿Cómo se tratan?

mapeo 3d en ablación
En el caso de los pacientes que tienen enfermedad arterial coronaria o el corazón está estructuralmente mal por una cardiopatía isquémica, lo que se hace es estudiar esta patología a través de un estudio en las arterias del corazón. Si las arterias están tapadas, hay que destaparlas porque la arritmia yace en la isquemia del corazón, en la falta de irrigación.
Cuando el corazón es normal estas arritmias pueden ser idiopáticas, es decir que no tienen una causa definida, que son grupos celulares que se ubican en el corazón y que actúan como marcapasos. Estos grupos celulares no se activan en todas las personas.
Las extrasístoles se pueden curar definitivamente con la ablación. A esto se recurre cuando la medicación no es suficiente para tratar esta arritmia. Cuando el paciente se trata con medicación debe tomarla de por vida o hasta que se vaya la arritmia.

¿Qué es una ablación?

Consiste en quemar los focos arrítmicos mediante un catéter. “En la ablación, al colocar los catéteres dentro del corazón uno busca el sitio de actividad eléctrica caliente donde se genera el impulso a través de un mapeo tridimensional, lo que uno hace es ablacionar, es decir quemar, el foco donde se origina la arritmia. Al quemar el foco, se elimina para siempre la arritmia”, relata el electrofisiólogo y asegura que el porcentaje de éxito de la ablación de extrasístole ventricular es entre 70 y 80 por ciento. “En un 20 a 30 por ciento la arritmia no se puede ablacionar porque está más allá del músculo o de lo que el catéter puede llegar”, aclara.

El procedimiento de la ablación se realiza con el paciente despierto y puede durar entre una y tres horas.  “Todo procedimiento en el corazón lleva riesgos, y cuando uno quema lleva riesgos de perforación cardíaca. Son de 0,25 por ciento. Es bajo el riesgo pero es contemplable. Después de la ablación pueden aparecer molestias como hematomas  o dolor”, cuenta Gómez Macías.
Cuando se realiza este tratamiento, el paciente permanece internado durante 24 horas y al día siguiente se va a su casa, con medicación. A partir de los 15 días puede reincorporarse a su actividad laboral y para retomar su ejercicio físico habitual debe esperar de 15  a 30 días, según indicación médica.

Al mes se realiza el primer control y el segundo a los tres meses. Allí se evalúa si la arritmia ha desaparecido o disminuido. “Si de 20 mil extrasístoles pasa a tener 5 mil o 2 mil eso ya se considera un éxito”, asegura el electrofisiólogo.