La fibrilación auricular es una arritmia
potencialmente mortal por su riesgo de producir un ACV. Pero puede ser
controlada con medicación o curada definitivamente con ablación, utilizando
un sofisticado sistema de mapeo 3D del corazón. En Guayaquil ya existe esta
tecnología y profesionales que la utilicen.
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Drs Luis Gómez Macías y equipo ablacionando. |
Tiene una forma particular de presentarse que la diferencia del resto de las arritmias, el paciente que sufre fibrilación auricular (FA) siente palpitaciones en salva y son irregulares. Quien las sufre puede notar esto fácilmente al tomarse el pulso. Generalmente se presenta entre los 18 y los 80 años y afecta mayormente a las personas con estatura alta y sobrepeso. Otros síntomas son cansancio, fatiga, edema agudo de pulmón, insuficiencia cardíaca y accidente cerebrovascular (ACV).
La FA afecta a la aurícula izquierda del
corazón y hace que el órgano no se contraiga correctamente. El mayor riesgo que
conlleva es que puede producir accidentes cerebrovasculares y esto aumenta la
mortalidad del paciente.
Dos orígenes posibles
Esta arritmia puede ser de dos tipos: de
sustento orgánico o valvular y de sustento arrítmico.
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Sustento orgánico o valvular: significa
que hay una cardiopatía asociada, el paciente es más complejo porque la FA es
la consecuencia de acontecimientos o cambios degenerativos que está sufriendo
el corazón. Esto puede ser por ejemplo
una válvula del lado izquierdo del corazón que se torne insuficiente y hace que
aumenten los volúmenes de la aurícula y por lo tanto hace que el paciente
genere un FA.
En el caso de que el paciente cumpla con los criterios
se procede a reparar la válvula y evaluar si puede mejorar o no la arritmia. A
veces el problema no es la válvula sino que el paciente tiene el corazón
agrandado o dilatado por infartos o puede ser también por consecuencia de una
enfermedad como el chagas (parásito que anida en los órganos, los inflama y
genera fibrosis, es decir, tejido cicatrizal). En estos casos, explica el
electrofisiólogo Luis Gómez Macías “al dilatarse, la aurícula pierde su forma
de conducción y genera arritmias”.
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Sin cardiopatía valvular u
orgánica: los pacientes tienen focos arrítmicos que se generan en las venas
pulmonares (venas que llevan la sangre del pulmón al corazón). Estos focos disparan
estímulos eléctricos hacia la aurícula generando fibrilación auricular. Estos
focos también pueden existir en la vena cava superior y en el seno coronario,
existen también ganglios de excitación. El paciente ha nacido con esos focos y
se pueden activar en algún momento. El sistema de conducción eléctrico del corazón es uno solo durante el proceso embrionario. A medida que el corazón se va
agrandando se van ubicando las estructuras pero a veces quedan células anidadas
en los lugares de las venas y estas células tienen actividad propia. La
FA puede ser hereditaria.
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reconstrucción 3d del corazón con sistema Ensite |
Tratamiento
Cada uno de los tipos de arritmias tiene
una aproximación diferente para ser tratada. Cuando el problema es orgánico o
valvular “uno tiende a cambiar esa
válvula y la fibrilación auricular se revierte”, asegura Gómez Macías. Cuando
no es orgánico se recurre al tratamiento médico o intervencionista.
“En ambos tipos se trata la arritmia y se
busca prevenir el ACV. Se usa una escala de riesgo que se llama CHADS2, que
utilizo todos los días con estos pacientes. Según cuantos puntos se determina
el riesgo de ACV. La C es de problemas
insuficiencia cardíaca, la H de hipertensión, la A de edad (age), la D de
diabetes y la S de Stroke y el 2 es porque da dos puntos si es que ya tuvo un
ACV”, cuenta el especialista y dice que según el puntaje se sabe el riesgo de
ACV que tiene el paciente.
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Tabla de CHADS2 donde se observa el riesgo anual de ACV de acuerdo al puntaje obtenido. |
Si quiere calcular su riesgo de ACV puede ingresar aquí.
Un camino es tratar con antiarrítmicos, como pueden ser la Amiodarona y la Propafenona. La primera tiene muy buenos resultados pero hasta un 27 % de efectos adversos como problemas de tiroides y fibrosis pulmonar, entre otros. Los pacientes con problemas hepáticos no pueden tomarla. En el caso de la propafenona se utiliza solo en pacientes sin cardiopatía asociada o fibrosis pulmonar o epoc.
Ablación o aislamiento de venas pulmonares
Es un procedimiento que se realiza
utilizando un sistema de mapeo
tridimensional. Se accede a la aurícula izquierda a través de catéteres que van
por las venas y se llega a los focos arrítmicos. Allí se realiza el aislamiento
de las venas pulmonares gracias a aplicar radiofrecuencia, es decir un catéter
que tiene calor y quema el tejido que produce la arritmia. “Está a 45 grados
centígrados, es como agua caliente no agua hirviendo”, ejemplifica Gómez Macías
y agrega que “este procedimiento beneficia al paciente que no tiene un problema
orgánico puntual. Ha demostrado tener en el primer procedimiento un éxito
entre 75 y 85 por ciento. El segundo
procedimiento tiene un éxito de 85 por ciento”. El motivo por el que algunas veces hay que
volver a ablacionar es porque al quemar el tejido puede necrosarse
completamente o regenerarse. Cuando sucede esto último se vuelven a conectar las
venas y a veces hay que hacer un segundo procedimiento para poder curar al paciente.
Ambos especialistas coinciden en que el
paciente ideal para una ablación es aquel que es menor de 75 años, que tenga FA
paroxística (que sea reciente o con
episodios esporádicos), sin problemas valvulares, que haya sido refractario a
tratamiento médico y que su corazón no esté del todo modificado. Las personas
que tienen fibrilación auricular crónica no son candidatas a la ablación ya que
luego de mucho tiempo el corazón se adecua a esa manera de latir.
En el quirófano
Para realizar una ablación de FA se utiliza
anestesia general e intubación. El procedimiento se realiza con catéteres que
se introducen por una punción venosa. El
aislamiento de venas pulmonares dura entre dos a tres y una vez terminado el paciente se despierta
y pasa a recuperación. Requiere 24 horas de internación post operatorio y la medicación antiarrítmica se continúa dando
por tres meses. Luego, se evalúa el éxito con un holter.
El primer control después de la ablación es
a los 15 días y luego al mes. A los 15 días el paciente ya puede comenzar a
retomar sus actividades laborales y su vida cotidiana, siempre bajo
autorización del especialista tras el primer control.
Las posibles complicaciones van entre 4,5 a
un 5 por ciento. Ellas pueden ser hematomas en el sitio de punción, dolor pericárdico (0.25 por ciento)
y la más grave es la perforación
cardíaca (0.25 por ciento). Esta perforación cardíaca es potencialmente mortal. Puede
haber también pericarditis (inflamación del corazón) y pseudo aneurisma (0.25 a
075 por ciento).
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Ensite de Saint Jude Medical |
El sistema de mapeo tridimensional es un
aparato de radiofrecuencia costoso llamado Ensite y hay pocos centros que lo
tienen en Ecuador. En Guayaquil ya hay algunas pocas instituciones que
cuentan con esta tecnología.